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Tuesday, March 18, 2008

VIDA PRIVADA, de Louis Malle - 1962 (Un tema de actualidad)

Hace un par de semanas vi en uno de los canales digitales, una película que me era totalmente desconocida. "Vida privada".

Es lo que ocurre con films que ya tienen unos años. Que si no pudiste verlos en su momento, se van perdiendo en la noche de los tiempos.

No voy a dedicarle el post por que sea una película "imprescindible", si no por reivindicar el que de vez en cuando echemos un vistazo a las películas que directores notables rodaron en sus principios, para comprender su evolución posterior, y que al mismo tiempo, por haber desaparecido también ellos, no los echemos en el olvido.

"Vida privada" la dirigió Louis Malle, que falleció en 1995, dejando tras de sí títulos, que van, desde "Ascensor para el cadalso", del año 57, a "La pequeña" (1978), Atlantic City (1980), "Adiós muchachos" (1987), o "Herida" (1992).

De estas que he mencionado, si que las he visto todas, pero tan sólo cuatro o cinco más de su filmografía, sin incluir la que voy a reseñar ahora.

La protagonizan Marcello Mastroianni y Brigitte Bardot, que por entonces (año 1962), contaba con tan sólo 28 años.

La Bardot, era en aquel momento, el icono sexual del cine europeo. En 1956, había rodado a las órdenes de su por entonces marido, Roger Vadim, la todavía recordada "Y Dios… creó a la mujer", en la que los encantos de su físico encandilaron a los espectadores, y que siguieron siendo explotados en la mayoría de sus siguientes películas.

"Vida privada", en ese 1962 ya bastante lejano, toca, sin embargo, un tema de plena actualidad. El acoso mediático al que se ven sometidos los famosos.

El ARGUMENTO:

Jill (Brigitte Bardot) se traslada desde Ginebra, en donde siempre ha vivido con su madre, a París, para dedicarse a la danza, que ha estudiado con su amiga Carla, casada con Fabio, un director de teatro. Lo hace siguiendo al grupo teatral, que va a realizar una serie de actuaciones.

Gracias a su físico, es tentada por una oferta para dedicarse a modelo fotográfico de una revista de modas, profesión en la que se hace famosa, y que la catapulta posteriormente a convertirse en estrella de la pantalla.

Conforme su meteórica carrera avanza, lo hace también el acoso al que se ve sometida por los paparazzi de la prensa rosa, que la persiguen y airean su vida privada, hasta que la presión a la que se ve sometida, le hace caer en una depresión.

Abandona todo, y decide ingresar en una clínica para recobrar su antigua tranquilidad.

Vuelve a ver a su madre, y a sus amigos Carla y Fabio, que ahora están separados, e inicia una relación sentimental con Fabio, que no es enteramente satisfactoria, debido a los altibajos anímicos de ella, que sigue obsesionada con el acoso al que se ha visto sometida, y que sabe volverá a repetirse en cuanto salga a la vida pública, lo que la obliga a seguir recluida entre cuatro paredes.

Fabio se traslada a Spoleto, en donde va a montar una obra de teatro durante los festivales de esa ciudad, y poco después, Jill lo sigue.

En un primer momento, las cosas parecen marchar bien, pero el encuentro con un antiguo conocido, fotógrafo de profesión, y en el que ella confía, traiciona esa confianza, haciendo públicas unas fotografías e indicando el lugar en donde ella se encuentra. Todos los medios se trasladan a Spoleto, y su vida vuelve a ser del dominio público. No puede pasear por las calles sin que una legión de periodistas, fotógrafos y admiradores la persiga. Tampoco puede asomarse a una ventana, porque en cualquier lugar hay una cámara para captar su imagen.

Tras una nueva discusión con su amante, debida a su alterado sistema nervioso, decide marcharse de Spoleto. Pero esa noche es el estreno de la obra que dirige Fabio, y que se representa al aire libre.

Jill está en la habitación preparando el equipaje, y escucha el comienzo. Desde su ventana no puede verla, y sube al tejado para tener una mejor visión. Apoyada en una chimenea, sigue la evolución de la obra durante unos minutos. Pero en la ventana de una casa de enfrente, alguien que ha advertido su presencia en el tejado, dispara una foto con flash que la deslumbra y le hace perder el equilibrio, cayendo desde el tejado…

COMENTARIO

El argumento que he relatado, se situa en el presente de ese 1962, pero si por despiste, conectamos hoy nuestro televisor en una cadena que esté transmitiendo un programa de prensa rosa (o amarilla profunda), veremos que no existe ningún desfase con lo que está ocurriendo en nuestro presente.

Hay una escena que antes he omitido en el relato del argumento, en la cual, Jill, va en un coche, y una legión de periodistas y fotógrafos en moto, la persiguen. Una imagen corriente hoy en día, en nuestros medios

Malle siempre tuvo fama de director controvertido, por tratar temas en sus films, que en aquella época se eludían, y por presentarlos en toda su crudeza.

Esta película, yo no la considero "cruda", al menos para estos tiempos, pero le reconozco que mete el "dedo en la llaga" en el tema del acoso mediático, y nos muestra los "efectos secundarios" que puede ocasionar en la persona acosada.

Al espectador español, debió de sorprenderle el argumento, en nada parecido a como se relacionaba la prensa con nuestros famosos de entonces. Pero era un fenómeno que ya se había instalado en otros países. Francia, y sobre todo, Italia, ya lo experimentaban en Europa. Y más afincado aún, en Norteamérica, en donde la protagonista de esta película, lo sufrió en sus propias carnes en su etapa americana.

Louis Malle hizo en este film una denuncia sobre ese determinado tipo de prensa, y sobre el peligro que podía representar, al tener dos caras. La de encumbrar, y la de destruir a la persona a la que se trata de encumbrar.

Creo que Malle no estuvo muy acertado al elegir a su protagonista, aunque el personaje de Jill, y la propia Bardot, compartían muchos puntos biográficos en la película. Probablemente, con otra actriz, la carga dramática hubiera sido mucho más latente. Es lo que eché en falta durante todo el metraje. El personaje no me transmitia sus emociones, y el filme se me quedaba "cojo" a causa de ello.

Su interpretación me produjo la continua sensación de estar viendo una sucesión de posados, que supongo que en su día (y puede que también en estos), alegrarían el cuerpo a la gran mayoría de espectadores del género masculino. Brigitte Bardot interpreta a B.B., nadas más.

No se puede negar el atractivo de esa mujer, y asombra que un rostro de los 60s pueda ser tan actual ahora, como entonces, pero eso no cubre la carencia de la buena interpretación que exigía el personaje.

Casi especularía con que la elección de Malle no fuera tal, y sí una imposición de la productora. Una película con B.B., era una apuesta segura en aquellos tiempos, y ya sabemos como han funcionado siempre estas cosas en el cine.

Mastroianni está muy correcto en su papel. Mesurado, como el sabía interpretar cuando convenía.

La película, en general, es correcta, el tema, atractivo, y como he dicho al principio del post: aunque diste mucho de ser "imprescindible", si que merece la pena verla como curiosidad. Por Malle, y por la Bardot (aunque en mi opinión la perjudicara).

UNA SECUENCIA (En francés)

FICHA DE LA PELÍCULA

TITULO ORIGINAL: Vie privée

AÑO: 1962

DURACIÓN: 90 mtos.

DIRECTOR: Louis Malle

GUIÓN: Louis Malle - Jean-louis Rappeneau

MÚSICA: Fiorenzo Carpi

INTÉRPRETES: Brigitte Bardot -Marcello Mastroianni -Nicolas Bataille

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