Hay que preparar el estomago y echarle una pizca de valor para enfrentarse a la proyección de "4 meses, 3 semanas y 2 días", película que ha hecho que reparemos en Rumania como país cinematográfico, algo de lo que esta tierra carecía.
Porque, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es la película más importante en la historia de este país, y casi la única que ha logrado una cierta notoriedad fuera de sus fronteras.
Ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes, vencedora en los premios del cine europeo y nominada a los Globos de Oro, esta es una dura, incomoda y austera película, que afecta directamente al estado del espectador, removiéndolo en su butaca con sus grandes dosis de realidad y también, de valentía.
Con ausencia de medios técnicos y pulcritud a la hora de mostrar momentos de dolorosa intimidad, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una película para el público iniciado en el cine europeo, preparado para aguantar largos planos fijos, escasez de diálogos y una narración a la que no le tiembla el pulso a la hora de contar unos hechos más que escabrosos.
Enmarcada en los 80, en la Rumania de la racionalización"de Ceauşescu, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una cinta sobre el aborto en tiempos de represión y persecución. Dos jóvenes, Gabita y Otilia, acuerdan un encuentro clandestino con un abortista para realizar esta práctica. Una historia escasa, pero de la que su director, Cristian Mungiu, saca el máximo provecho, introduciendo una atmósfera de temor y peligro, que está muy presente a lo largo de todo el metraje (terroríficos son los escenarios donde se producen los hechos) y que es clave en el resultado final de esta aventura que marcará la relación y las vidas de sus dos jóvenes protagonistas.
Para ellas, nada será igual tras este encuentro, desagradable y sucio. Toda una pesadilla, donde Mungiu plantea sin condicionar al espectador (gracias a su alto nivel de realidad) el sentido del aborto, o mejor dicho, de su práctica en un sistema sin libertad, opresivo y mísero, donde la falta de salubridad y la actitud vejatoria de sus personajes (y me refiero a la persona que realizará el aborto) convertirán a esta película en una dura y embarazosa experiencia, ya no solo para sus dos jóvenes protagonistas.
Sin apoyo de música o del tratamiento fotográfico, pero con el efecto demoledor de sus secuencias, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una obra no recomendable para todos los públicos, pero si para aquellos degustadores de cine del viejo continente, que encontrarán en ella, la cinta con mayor aplomo y severidad ofrecida por este cine en los últimos tiempos.
Cabe destacar la buena y contenida interpretación de Anamaria Marinca, como Otilia, que realiza un gran trabajo, que se puede resumir a la perfección en ese momento de la cena en casa de los padres de su novio, donde el director Cristian Mungiu deja la cámara fija, se va a tomar café y confía en ella y en su interpretación para darle sentido y fuerza a ese momento.
Prepárense y sean fuertes, "4 meses, 3 semanas y 2 días", no es una experiencia cualquiera. Más bien, todo lo contrario.
Porque, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es la película más importante en la historia de este país, y casi la única que ha logrado una cierta notoriedad fuera de sus fronteras.
Ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes, vencedora en los premios del cine europeo y nominada a los Globos de Oro, esta es una dura, incomoda y austera película, que afecta directamente al estado del espectador, removiéndolo en su butaca con sus grandes dosis de realidad y también, de valentía.
Con ausencia de medios técnicos y pulcritud a la hora de mostrar momentos de dolorosa intimidad, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una película para el público iniciado en el cine europeo, preparado para aguantar largos planos fijos, escasez de diálogos y una narración a la que no le tiembla el pulso a la hora de contar unos hechos más que escabrosos.
Enmarcada en los 80, en la Rumania de la racionalización"de Ceauşescu, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una cinta sobre el aborto en tiempos de represión y persecución. Dos jóvenes, Gabita y Otilia, acuerdan un encuentro clandestino con un abortista para realizar esta práctica. Una historia escasa, pero de la que su director, Cristian Mungiu, saca el máximo provecho, introduciendo una atmósfera de temor y peligro, que está muy presente a lo largo de todo el metraje (terroríficos son los escenarios donde se producen los hechos) y que es clave en el resultado final de esta aventura que marcará la relación y las vidas de sus dos jóvenes protagonistas.
Para ellas, nada será igual tras este encuentro, desagradable y sucio. Toda una pesadilla, donde Mungiu plantea sin condicionar al espectador (gracias a su alto nivel de realidad) el sentido del aborto, o mejor dicho, de su práctica en un sistema sin libertad, opresivo y mísero, donde la falta de salubridad y la actitud vejatoria de sus personajes (y me refiero a la persona que realizará el aborto) convertirán a esta película en una dura y embarazosa experiencia, ya no solo para sus dos jóvenes protagonistas.
Sin apoyo de música o del tratamiento fotográfico, pero con el efecto demoledor de sus secuencias, "4 meses, 3 semanas y 2 días" es una obra no recomendable para todos los públicos, pero si para aquellos degustadores de cine del viejo continente, que encontrarán en ella, la cinta con mayor aplomo y severidad ofrecida por este cine en los últimos tiempos.
Cabe destacar la buena y contenida interpretación de Anamaria Marinca, como Otilia, que realiza un gran trabajo, que se puede resumir a la perfección en ese momento de la cena en casa de los padres de su novio, donde el director Cristian Mungiu deja la cámara fija, se va a tomar café y confía en ella y en su interpretación para darle sentido y fuerza a ese momento.
Prepárense y sean fuertes, "4 meses, 3 semanas y 2 días", no es una experiencia cualquiera. Más bien, todo lo contrario.
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