Crítica de Soy leyenda.
Si la especie humana va a ser destruida y sólo uno de nosotros va a quedar sobre la faz de la tierra, mejor que ése sea Will Smith. Ése es el aranque de Soy Leyenda, la enésima película que nos muestra cómo sería el mundo después de un apocalypsis a medias al que aún se le puede poner remedio. De ahí que la historia contada por Francis Lawrence tenga todos los ingredientes que una película de este género debe tener. Un héroe resultón, unos zombies-vampiros con muy mala leche y una escenografía que deje patente el cataclismo al que el mundo se ha visto obligado por culpa de su prepotencia.
Con un planteamiento así, no es mucho lo que es le puede pedir a Soy leyenda, pero, pese a todo la película resulta un buen producto de entretenimiento. Vale que es una más del género y que aún tenemos reciente 28 semanas después o Invasión, pero lo cierto es que ésta les supera en calidad. Aunque sólo sea porque Will Smith tiene mucha más gracia y se desenvuelve mucho mejor en la adversidad que el James Bond pueblerino de Invasión. El bueno de Smith hace en ésta lo que mejor se le da, de tipo duro pero inteligente que se ha propuesto encontrar la cura para devolver la humanidad a esos vampiros que una vez fueron como él. Con sólo su perra como compañera de viaje, el doctor Robert Neville sufre la soledad como buenamuente puede intentando no caer en la locura, mientras busca supervivientes desesperadanme y una cura.
Aunque es una película que basa su éxito en la espectacularidad de sus escenas y en la acción (que tarda demasiado en llegar), el personaje de Smith ha sido cuidado. De ahí que sufra cierta evolución a lo largo del metraje y que el espectador pueda ir comprobando como se convierte en un ser torturado, maniático y hostil por culpa de su falta de contacto con humanos. Gracias a los monólogos con su perra y los flashbacks la película no entra en el tedio absoluto que sería el ver cómo vive un sólo hombre en la inmensa ciudad de Nueva York. Y pese a que algunos se empeñen en que Smith sólo vale para las payasadas, lo cierto es que hacer de héroe también le va, aunque de vez en cuando suelte algún chascarrillo de los suyos que, por otra parte, hasta se agradecen entre tanta tragedia humana. Por último, y como anécdota, destacar que el personaje de su hija en la dicción lo interpreta su verdadera retoña, Willow Smith. (M. J. Arias)
Si la especie humana va a ser destruida y sólo uno de nosotros va a quedar sobre la faz de la tierra, mejor que ése sea Will Smith. Ése es el aranque de Soy Leyenda, la enésima película que nos muestra cómo sería el mundo después de un apocalypsis a medias al que aún se le puede poner remedio. De ahí que la historia contada por Francis Lawrence tenga todos los ingredientes que una película de este género debe tener. Un héroe resultón, unos zombies-vampiros con muy mala leche y una escenografía que deje patente el cataclismo al que el mundo se ha visto obligado por culpa de su prepotencia.
Con un planteamiento así, no es mucho lo que es le puede pedir a Soy leyenda, pero, pese a todo la película resulta un buen producto de entretenimiento. Vale que es una más del género y que aún tenemos reciente 28 semanas después o Invasión, pero lo cierto es que ésta les supera en calidad. Aunque sólo sea porque Will Smith tiene mucha más gracia y se desenvuelve mucho mejor en la adversidad que el James Bond pueblerino de Invasión. El bueno de Smith hace en ésta lo que mejor se le da, de tipo duro pero inteligente que se ha propuesto encontrar la cura para devolver la humanidad a esos vampiros que una vez fueron como él. Con sólo su perra como compañera de viaje, el doctor Robert Neville sufre la soledad como buenamuente puede intentando no caer en la locura, mientras busca supervivientes desesperadanme y una cura.
Aunque es una película que basa su éxito en la espectacularidad de sus escenas y en la acción (que tarda demasiado en llegar), el personaje de Smith ha sido cuidado. De ahí que sufra cierta evolución a lo largo del metraje y que el espectador pueda ir comprobando como se convierte en un ser torturado, maniático y hostil por culpa de su falta de contacto con humanos. Gracias a los monólogos con su perra y los flashbacks la película no entra en el tedio absoluto que sería el ver cómo vive un sólo hombre en la inmensa ciudad de Nueva York. Y pese a que algunos se empeñen en que Smith sólo vale para las payasadas, lo cierto es que hacer de héroe también le va, aunque de vez en cuando suelte algún chascarrillo de los suyos que, por otra parte, hasta se agradecen entre tanta tragedia humana. Por último, y como anécdota, destacar que el personaje de su hija en la dicción lo interpreta su verdadera retoña, Willow Smith. (M. J. Arias)
Link - Wed, 19 Dec 2007 01:52:21 GMT - Feed (1 subs)
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